Si una cosa hay clara en la vida, aparte que todos acabaremos antes o después en el mismo sitio, es que tenemos que enfrentarnos de manera sistemática a la resolución de los diferentes problemas o retos que la misma vida nos va poniendo por delante.
Como todo en la vida, detrás de la resolución de problemas hay multitud de metodologías que nos permiten abordar el proceso de manera sistemática, pero gran parte de éxito o del fracaso está en la actitud de partida a la hora de afrontar dicha situación. El efecto Pigmalión o profecía autocumplida es una claro ejemplo de la capacidad que tiene el cerebro humano a rendirse ante evidencias que nos autoimponen o nos autoimponemos para asumir nuestra capacidad o incapacidad para darle resolución a problemas para los que a priori no estamos capacitados.
Soy un convencido de que todos contamos con unas capacidades innatas que tenemos de las que ni tan siquiera somos conscientes. Creo que la de resolver problemas complejos es una de ellas. En muchos casos, estas capacidades para resolver problemas o situaciones complejas puede estar en un estado de hibernación permanente, en otros casos una situación extrema hace que se despierten de manera súbita o en otros muchos casos, la guía de una buen liderazgo puede despertarlas de su letargo.
La actitud es fundamental para poder abordar problemas a los que no nos hemos tenido que enfrentar con anterioridad . En primer lugar es fundamental no dejarse abrumar por el aparente tamaño o dificultad del problema. Sabemos que a nuestro cerebro no le gusta nada salir de la zona de confort, y utiliza toda su capacidad para deformar la realidad , en este caso en nuestra contra. Una vez que tenemos ese primer paso bajo control, es necesario “tomar altura” para poder ver el problema con perspectiva y poder empezar a desgranarlo. ¿ Cómo tomamos entonces altura para poder analizar de manera objetiva el problema?. La capacitación es la herramienta más poderosa con la que contamos. Es la palanca que nos permitirá junto a la información y un proceso sistemático, ir abordando cada una de las etapas necesarias para primero descomponer y luego ir atacando cada subpartes que conforman el problema.
Precisamente estas píldoras de capacitación junto con la experiencia adquirida en el proceso y reflexiones finales , son el poso que nos deja la experiencia de haber hecho que un problema que de partida podía parecer no abordable haya caído rendido a nuestros pies y no a la inversa. Esta satisfacción de resolver aquello que parecía irresoluble es una de las fuentes de dopamina en el entorno laboral, por lo que sin duda ,una de las funciones de cualquier líder deber ser desafiar las capacidades de su equipo en la resolución de retos que requieran la puesta a prueba de sus competencias.
Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto.
Henry Ford