La palabra crisis conlleva una connotación negativa ya que implícita una situación complicada que ha de ser resuelta para poder continuar adelante. La crisis significa que estamos ante el momento de la verdad y que toca enfrentarnos a una situación que es posible hayamos estado posponiendo durante tiempo. Una crisis puede implicar sufrimiento pero desde luego puede ser una inmejorable oportunidad en el camino hacia el crecimiento personal.
Las crisis empresariales (tensiones de tesorería, resultados negativos, dimisiones de personas clave,…), sirven muchas veces para terminar con el status quo y poder pasar página. Es una excusa excelente para terminar con el eterno “si funciona no lo toques”, ya que cuando las cosa ya no funcionan, ya no da ningún vértigo el tocarlas por el miedo a dejarlas peor. Aquello que no se toca no evoluciona y lo que no evoluciona más pronto que tarde se queda obsoleto y da una ventaja a los adversarios.
Los beneficios de una crisis necesitan tiempo para poderlos contemplar con perspectiva y tener objetividad de sus efectos. Es necesario, imprescindible diría yo, hacer una parada en el camino y analizar detenidamente cuales son las consecuencias del devastador Tornado. Es posible que ni fuera tan devastador como creímos cuando estábamos inmersos en él y , que al contrario de lo que se pueda pensar, haya ayudado a poner las cosas en sus sitio en lugar de sembrar el caos.
Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.
Albert Einstein
