El eslabón más débil en transformación empresarial

El mundo actual es incertidumbre, es velocidad ,es adaptación permanente.  El tablero de juego se mueve, las reglas del juego cambian y los competidores mutan con una ferocidad  que no habíamos visto hasta ahora. 

Las empresas, en este ímpetu de seguir el ritmo desenfrenado que marca el mercado, habitualmente suelen tener la tentación de saltarse pasos en el proceso de transformación y atacar directamente al eslabón de la cadena de valor que quieren mejorar si atender al eslabón más débil que siempre suele ser su cultura empresarial.

Por lo tanto, si se pretende abordar cualquier transformación empresarial, hay que tener siempre una cultura empresarial desplegada y compartida por todos los miembros de la organización. No es necesario ser unos referentes en la materia, pero sí que hay que asegurarse que hay que disponer de una base cultural suficiente para asegurar que el proyecto de cambio permeabiliza en la organización.  La cultura al fin de cuentas es el suelo sobre el que se asienta el proyecto empresarial, y si este no es firme todo lo que se construya sobre él costará un gran trabajo levantarlo y mucho más que se mantenga en el tiempo. 

Como ya nos enseñaba Elyahu Goldratt en La Meta, es fundamental poner el foco en el eslabón más débil de la cadena, en la gran mayoría de los casos la cultura empresarial, para poder elevar dicha restricción y así poder mejorar el rendimiento del sistema. Mientras no terminemos de entender que la cultura lo condiciona todo al ser el eslabón más débil de nuestras organizaciones, seguiremos dedicando grandes cantidades de  energía a iniciativas de transformación empresarial que en muchas ocasiones consiguen unos resultados por debajo de las expectativas. 

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